domingo, 14 de agosto de 2011

Arte Rupestre de Toquepala

En la Cueva del Diablo, Emilio González, estudió una caverna y abrigo rocoso que deben haber sido ocupados durante períodos de estación y al parecer nunca por un gran número de personas. Quizás por un grupo que se desplazaba continuamente o que reincidía en sus visitas.

La cueva tiene 10 metros de profundidad, 5 metros de ancho y 3 metros de altura.
En sus paredes se han encontrado pinturas rupestres, con diversas escenas de cacería, en las que se representan a cazadores acorralando y matando a un grupo de guanacos (camélidos sudamericanos silvestres).

Se denomina “chaco” a la típica táctica de cacería en los Andes. Los comuneros forman cercos humanos, acorralan a las bestias y luego las matan o capturan. Esto es claramente representado en la cueva de Toquepala.

Para realizar estas pinturas se han usado colores como el rojo, el amarillo, el verde y el negro. De acuerdo con el investigador Jorge Muelle, estas escenas habrían sido realizadas con el fin mágico de propiciar una buena cacería.

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